Más allá de algunos estudiantes que viajan a estudiar al Tec de Monterrey, la relación entre regios y yucatecos, aunque fraternal, luce más bien lejana… o lucía.
A los del norte, la economía estadounidense y en especial la texana, les brindó un dinamismo incomparable con el resto del país durante las dos décadas pasadas, una prosperidad que los peninsulares vieron más bien con añoranza de sus mejores días durante el boom del henequén.